Los especialistas dicen que no es recomendable combinar los negocios con la pareja, aunque hay ciertas excepciones. En Ramallo tenemos una: María Fernanda Sanz Salazar y Gustavo Di Bucci hace tres décadas que emprenden juntos y pasaron “por todas”, las buenas y las otras. Durante un tiempo, solían soñar juntos en el parador de Playa Blanca en la Costa acompañando sus proyectos con un rico café y una delicia pastelera.

Cuando dejó de funcionar, extrañaron ese rincón donde se sentían abrazados por el río Paraná y veían caer el atardecer. Lo extrañaron tanto que ni bien pudieron, se cargaron al hombro el desafío de revitalizarlo.

Desde hace algunos días, ese rincón tan amado se convirtió en Tentate, un salón de té donde además de recibirte como su fuera tu casa podes probar la pastelería de su panificadora y hasta algún trago vespertino.

“Teníamos pensado instalarnos acá cerca, pero después hablamos con una amiga y nos enteramos que podíamos venir a este lugar en el que disfrutábamos tanto. Y no lo dudamos”,

dice Fernanda, que 30 años después sigue trabajando con su marido, “amasando” sueños.

Comentarios

  • Todavía sin comentarios
  • Agregar un comentario